La suerte

Según la Wikipedia la suerte es “la creencia en una organización de los sucesos afortunados y desafortunados.”
¿Creencia?... Yo veo más a la suerte como un conjunto causa-efecto perfectamente tangible que puede tener como resultado desde arruinarte el almuerzo (¿Joder mamá otra vez potaje?) hasta hacerte la persona más feliz del mundo a base de loterías, amor superguay, la mejor fiesta de tu vida, etcétera; Por tanto la considero una de las cosas más importantes de la vida ya que es en gran medida la que decidirá si eres feliz o no a medida que te vayas muriendo.

Hay varios tipos de suerte y en todos ellos siempre hay algo que escapa a nuestro control, está la que decidió donde naciste, la que te provoca o evita un accidente o esa que dice que si rompes un espejo...tienes que pagarlo. Si extirpamos la aleatoriedad de dichos sucesos queda que fuiste el espermatozoide más rápido, que el otro conductor bebió una copa de más/menos y que el dueño del espejo sea tu madre o el señor del Corte Inglés. ¿Ves? Pura causa-efecto.

Bueno, también existe la GRAN distinción, la buena y la mala suerte.
Está claro, la mala es una putada, puedes tener un día perfecto que si te ponen el puto potaje para almorzar ya no lo es tanto.
La buena en cambio, oh...la buena, esa que te provoca el sonreír, la salsa de la vida, las papas fritas con salchichas y huevos, mmmm... Ésta gusta siempre y hay que tenerle cariño, lo difícil está en ser agradecido, porque...¿a quién le das las gracias por tu buena suerte? ¿A dios? ¿Al karma? ¿a Tupac?, por tanto solo te puedo decir que la disfrutes y punto.

La percepción entre la buena y la mala depende en gran medida de nuestra actitud, con un estado positivo lo asqueroso puede aparecer menos y con mejor sabor, y veremos lo chachi en cosas aparentemente insignificantes que a su vez mejorarán nuestra actitud. Es un círculo vicioso.

También encontramos el tipo “Stupidus Luckis” esa que te lleva a ponerte tu camisa de la suerte antes de un examen, a cruzar los dedos para que quede cerveza en la nevera o a rezarle a un señor con barba que juega a los sims en el cielo para que cure el resfriado de tu gatito Misifú.
En este tipo nunca he puesto mi confianza, pero sí es cierto que ayuda a vivir mejor, todos necesitamos creer que algo fuera de nuestro control puede ser arreglado tocándonos las narices, ¿quién sabe?, a veces pasa.

Lo que quiero decir es que sea del tipo que sea hay que tenerla en cuenta, que nunca hay que pasársela por el forro y que el ser más conscientes de ella nos puede otorgar cierta ventaja a la hora de vivir.

Pues eso, buena suerte.


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